lunes, 26 de enero de 2015

Érase una vez


Érase una vez un mundo en el que las princesas no son perseguidas por una bruja sino por cientos de paparazis esperando a que cometan un error, érase una vez príncipes cuya tarea no es luchar contra dragones ni besar a la princesa para despertarla sino que su tarea es sonreír frente a las cámaras. Érase una vez en la que si pierdes los tacones en una fiesta es porque vas demasiado borracha y al día siguiente no hay ningún príncipe esperándote, érase una vez un lugar en el que Blancanieves se hubiera independizado sola y su casa sería un desastre porque no tendría tiempo para limpiar.

                Érase una vez un cuento en el que al final no comes perdices sino que te comen los gusanos, un cuento en el que las decisiones no son tan fáciles y en la que con todas se pierde algo. Érase una vez un pobre que no se volvió rico pero que siguió viviendo feliz y érase un rico que no compartía pero nadie llegó para enseñarle lo bonito de dar a los demás. Érase una vez caperucita que no iba a ver a su abuela a su casita sino a la residencia y en el camino el lobo lo único que hizo fue robarle la cartera.

                Érase una vez un lugar sin sirenas y con magia de mentira, érase una vez Bella que nunca supo amar a la bestia y Rapunzel que se cortó el pelo por ir a la moda. Érase un mundo en el que el malo es mucho más difícil de delatar y en el que la bruja no te da una manzana envenenada sino un paquete de cigarros. Érase un mundo en el que se inventaban mundos con los que soñar porque parece más difícil encontrar la felicidad donde solo hay caras largas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario