lunes, 8 de junio de 2015

''No lo leas'' dijo en un suspiro

           

               ‘’Seamos gerundio’’ le dijo a la par que sonreía y por dentro moría, otra vez, como una suicida que no quiere matarse pero le encanta el peligro, por lo que muere, irremediablemente, sin poder evitar su cruel destino. ‘’Por favor no seamos perfectos, que el perfecto solo está en el pasado y yo te quiero imperfecto y presente, ojalá futuro’’  le suplicó con la mirada rota, pero en sequía, las provisiones se habían acabado y el agua del oasis que él representaba la necesitaba para revivir la inocencia que había muerto en una de sus temerarias caídas. Insensible, se sabía llena de sentimientos que el amor le hacía imposible sentir, pero estaban, ¡claro que estaban! porque su incapacidad de sentir lo bueno no la hacía inmune a sentir lo malo, como si algún ente maligno le estuviera gastando la broma de su vida, pero a ella no le hacía ninguna gracia, ese ente se hacía llamar Miedo. Temor a ser destrozada ya que ella, aunque se sabía plenamente capaz de recomponerse, no quería tener que volver a hacerlo, tocar fondo era muy duro y más duro era no acomodarse en él.


                ‘’No me hagas daño’’ le dijo en broma y completamente en serio, ‘’le estoy dando la oportunidad de destrozarme pero por favor, que no lo haga’’ se dijo a sí misma. A veces se preguntaba por qué él aceptaba la interrogación que ella era, cuando él se merecía una frase afirmativa y no todas esas metáforas que eran su lenguaje, se sentía tan afortunada y tan desdichada puesto que sabía que la suerte estaba durando mucho y que su pata acabaría atascada en el más profundo de los agujeros porque así era ella, torpe, indecisa, cabezota, con los pies en el universo.‘’¡Huye!’’ gritaba su yo más racional, pero no tenía fuerzas para huir, no quería huir ni de la potencia de estrellarse que suponía besarle, porque el acto era precioso y a Aristóteles seguro que le parecía bien.
Así que le besó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario