Y un día llega esa sensación que no esperabas volver a tener y en lo primero que piensas es en que tienes miedo, miedo de que todo esto sea solo un sueño, de cómo va a acabar, de si te haré daño o me lo harás, en fin: MIEDO. Y ahora es el momento de las decisiones y por mala suerte nunca se me han dado bien.
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